10.9.11

Introducción_Paisaje Artificial

Viajar a Holanda se ha convertido en una peregrinación a la Meca para arquitectos y estudiantes de arquitectura. La prosperidad económica del país ha generado una enorme expectativa de calidad de vida en los ciudadanos1, y esto ha influido decisivamente en su urbanismo y en su arquitectura.

La arquitectura holandesa es el resultado de una constante exploración. Controla con precisión los nuevos materiales constructivos y los detalles, y es precursora de soluciones basadas en la prefabricación. Una arquitectura objetiva, ejemplar y pionera desde el movimiento Moderno, que continúa hoy en el horizonte arquitectónico internacional.

Por otro lado, la conquista de un pacto con el mar convierte el urbanismo holandés en un coloso capaz de inventar su propia naturaleza de partida, un modelo donde la naturaleza imita al arte2, donde el mar se seca, las nubes se fabrican, la vida de humanos y tulipanes se alarga, o se multiplica por siete la producción de tomates, como en si de un milagro bíblico se tratara. Las obras hidráulicas se ejecutan con admirable eficacia y sorprende ver fosos de cimentación completamente secos junto a canales que discurren a niveles más altos.


Resulta desconcertante que los propios arquitectos holandeses consideren el urbanismo de sus ciudades como su cocina: sobrio y sin fantasía, mera satisfacción de una necesidad primaria3. El matiz inconformista es, sin embargo, muy significativo: revela la posición de vanguardia de quienes ya han superado la necesidad y pueden, por poner un ejemplo, recorrer libremente en tren o en bicicleta todo el territorio, o llenar de flores frescas sus luminosos alojamientos. Sólo bajo esa mirada privilegiada es posible que el urbanismo holandés se encuentre deprimido en relación a la arquitectura que lo habita, cargada de emoción.


El uso del suelo, alejado de la libre especulación, ha contribuido a centrar en la edificación gran parte de la inversión y del interés. Pero sin duda, es el espíritu explorador de quienes parten del puerto de Rotterdam hacia el resto del mundo, de aquéllos que han ganado la batalla al mar, el que imprime el carácter a su arquitectura, con una diversidad de soluciones formidable.

Este semestre trabajaremos con invernaderos y otros habitáculos, sus antecedentes, tipologías, materiales, sistemas, montaje e instalaciones, con el objetivo de explorar la producción de un ecosistema artificial.

Notas:
1.    La mayor parte de la población vive en el tapiz urbano que cubre, apenas sin intersticios, el territorio holandés
2.    La decadencia de la mentira. Oscar Wilde
3.    Herman van Bergelijk. Dr. Arquitecto. Profesor de la TUDelft